El enduro es una disciplina joven, pero sus raíces penetran profundamente en la verdadera esencia y el verdadero significado del alma ciclista de montaña. Su crecimiento y evolución se han mantenido a la sombra de otras disciplinas durante muchos años, pero finalmente el Enduro pudo emerger con confianza y mostrar su riqueza y madurez como deporte por excelencia. El enduro ahora fascina a un número creciente de entusiastas del mundo del ciclismo, ofreciéndoles una interpretación fresca y moderna de la disciplina de la bicicleta de montaña.
Es interesante notar cómo este renacimiento y esta ‘nueva era’ del ciclismo de montaña va en la misma dirección que la recuperación de una serie de senderos antiguos, los mismos single-tracks donde a los ciclistas de Enduro les encanta andar. La vegetación ha cubierto y cerrado estos senderos tanto como el hombre moderno se olvidó de su existencia o reconoció erróneamente su uso.
Los Alpes protegieron esta red de senderos como guardianes, escondiéndolos en los bosques o en los prados, cuidando los mismos senderos que en un pasado lejano permitieron a los habitantes llegar a lugares remotos y adentrarse en la naturaleza. A veces, lo que los ciclistas llaman simplemente ‘senderos’ tienen un pasado largo y fascinante, y esto seguramente sucede en La Thuile.
Hace mucho tiempo, la zona del Plan Praz, situada encima de los pueblos de Preyllon, Les Granges y Petosan, estaba cubierta de canteras, exactamente en la ladera opuesta a donde ahora circulan los remontes y se divierten los jinetes.
Cientos de kilómetros de túneles y cuevas se extendían bajo la superficie y entre las raíces de las montañas para la extracción de antracita y otras materias primas. Mientras tanto, la superficie estaba cubierta por una densa red de senderos para conectar las entradas de los túneles que bajaban al valle.
La restauración y resguardo de las canteras, ahora rehabilitadas como atractivos turísticos por su valor histórico y cultural, despertó la curiosidad de los jinetes Valentina Macheda y Manuel Ducci que acudieron a conocer este patrimonio.
Hoy esta historia ha evolucionado en una hermosa mezcla de senderos salvajes que suben y bajan, donde el Enduro puede expresarse en su mejor momento, desafiando a los ciclistas por la necesidad de habilidades técnicas en los descensos, potencia y resistencia en las secciones pedaleadas. Aquí, las laderas de las montañas son empinadas incluso a poca altura. El suelo es compacto y la tierra espesa. Los bosques son el dominio de enormes árboles y de sus macizas raíces. Albergan senderos sinuosos, senderos estrechos y serpenteantes que bajan al valle.
En este lado de la montaña, como en el valle, la elección de los descensos es interminable. Esto hará de La Thuile un lugar increíble para la ronda #4 del EWS, el 12 y 13 de julio.<7p>
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Palabras: www.lathuile.it | Fotos: Matteo Cappe’ | www.lathuile.it
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